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Marvel despliega su artillería pesada: el mapa completo de la Saga del Multiverso y el regreso de un icono

Marvel Studios ha decidido que ya no es momento de medias tintas. Tras una Fase 4 que ha servido para asentar las bases del multiverso a través de una docena de producciones, Kevin Feige ha aprovechado el Hall H de la Comic-Con de San Diego para poner las cartas sobre la mesa. La hoja de ruta es ambiciosa y no deja lugar a dudas: la maquinaria de Disney está lista para inundar las salas y las pantallas domésticas con un calendario que se extiende hasta 2026, revelando no solo los detalles de la Fase 5, sino también los cimientos de la Fase 6.

El pistoletazo de salida y la hoja de ruta de la Fase 5

La transición no se hará esperar demasiado. Mientras la Fase 4 cerrará su ciclo con el estreno de Black Panther: Wakanda Forever —un proyecto marcado por la emotiva ausencia de Chadwick Boseman—, el año 2023 marcará el inicio de una nueva era. Kevin Feige ha sido bastante directo al admitir que, tras la derrota de Thanos, el público necesitaba señales claras sobre el rumbo de la franquicia. Esa dirección tiene ahora nombres y fechas concretas.

El calendario de estrenos para la Fase 5 arranca con Ant-Man y la Avispa: Quantumania en febrero de 2023, seguida de cerca por la esperada Secret Invasion en primavera. El verano de ese mismo año será especialmente intenso con la tercera entrega de Guardianes de la Galaxia, las series Echo y la segunda temporada de Loki, además de la película The Marvels. Para el cierre de 2023 y la primera mitad de 2024, la factoría tiene preparados títulos como Blade, Ironheart, Agatha: Coven of Chaos, el esperadísimo regreso de Charlie Cox en Daredevil: Born Again, Capitán América: New World Order y, finalmente, Thunderbolts en julio de 2024.

Un nuevo orden mundial y la sombra de Kang

La gran incógnita que sobrevolaba el UCM desde Endgame era la identidad del próximo gran villano que lograra cohesionar todas estas historias. Las piezas parecen encajar ahora con la confirmación de Kang el Conquistador como la figura central de esta trama. Según las palabras del propio Feige, Marvel será mucho más directa a partir de ahora, permitiendo que los espectadores vean el panorama general y entiendan hacia dónde se dirige este tablero de juego.

Dentro de este ecosistema, hay movimientos que han generado un entusiasmo especial entre los seguidores. El rescate de Daredevil tras su etapa en Netflix y la transición de Sam Wilson como el nuevo Capitán América en solitario son puntos de inflexión fundamentales. Además, la introducción de los Thunderbolts, un equipo formado por antihéroes y villanos, promete dar un tono distinto a lo que estamos acostumbrados a ver en el género de superhéroes.

El as bajo la manga y la filtración de Avengers: Doomsday

Cuando parecía que la Fase 5 era suficiente para digerir, Marvel ha decidido dar un paso más allá adelantando los primeros compases de la Fase 6. Esta nueva etapa arrancará a finales de 2024 con Los Cuatro Fantásticos y culminará en 2025 con un doble estreno de los Vengadores: The Kang Dynasty y Secret Wars. En esta ocasión, el equipo pasará por una renovación total de sus integrantes y, curiosamente, no contará con la dirección de los hermanos Russo.

Sin embargo, la noticia que ha roto internet ha sido el lanzamiento oficial del tráiler de Avengers: Doomsday. Tras una serie de filtraciones confusas y una programación errática en los cines durante los pases de Avatar: Fire and Ash, el estudio ha optado por publicar el metraje online. El vídeo, de apenas 90 segundos, ha dejado a los fans en shock al mostrar a Chris Evans retomando su papel de Steve Rogers. En las imágenes se le ve conduciendo una moto por una zona rural y recuperando su uniforme, antes de confirmar su regreso oficial para esta quinta entrega de la saga, que contará además con Robert Downey Jr. encarnando al antagonista Doctor Doom. El estreno está previsto para mediados de diciembre de 2026.

La importancia de una mirada independiente en el mundo del entretenimiento

Cubrir este tipo de anuncios, donde las grandes corporaciones y los intereses multimillonarios dictan la agenda cultural, requiere una transparencia absoluta. En un panorama mediático donde los conglomerados suelen controlar el mensaje, la historia de cabeceras como The Guardian resulta casi una anomalía necesaria. El origen de este modelo se remonta a 1936, cuando John Scott decidió renunciar a su patrimonio personal para garantizar que el periódico fuera propiedad de un fideicomiso, el Scott Trust.

Aquella decisión, que hoy equivaldría a renunciar a una fortuna de más de 60 millones de libras, se tomó con un objetivo que sigue vigente: asegurar que el periodismo no pueda ser comprado por fondos de inversión, magnates tecnológicos o grupos de presión política. Esta independencia es la que permite analizar los movimientos de gigantes como Disney o Marvel con rigor, sin rendir cuentas a accionistas.

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