Hace menos de 12 años que Dan Stevens le mostró el dedo medio a la aristocracia británica (bueno, a los Crawley), abandonando “Downton Abbey” justo cuando la serie alcanzaba su apogeo lleno de premios Emmy y poniendo rumbo a América con su familia. Como él admite, no tenía “absolutamente ninguna idea” de lo que le esperaba.
“No había un camino trazado”, explica el actor de 41 años con sincera honestidad sobre una decisión que, en aquel momento, muchos consideraron una completa locura. “Dejé ‘Downton’ con una página en blanco. Solo pensaba, ‘quiero hacer otras cosas’. Pero no sabía cómo sería eso”.
Para tener una idea de lo que eso significa actualmente, basta con dirigirse al cine más cercano, donde Stevens está compitiendo consigo mismo en dos de los mayores lanzamientos de estudios de la temporada. En lo que se ha convertido en una especie de carta de presentación para el británico desde que devastó a los espectadores de televisión —sin mencionar a Lady Mary— al concluir sus días en “Downton” bajo un antiguo coche volcado en el especial de Navidad de 2012, son dos películas radicalmente diferentes.
En la secuela de monstruos de Warner Bros., “Godzilla x Kong: The New Empire”, interpreta a un héroe de acción de los años 80, con camisa hawaiana y cabello largo, y veterinario de Titanes —una especie de Brad Pitt encuentra a Ace Ventura— que aparece por primera vez siendo transportado por aire a la boca de Kong para arreglar un colosal dolor de muela de gorila. Mientras tanto, en la sangrienta mezcla de acción y Drácula “Abigail” de Radio Silence para Universal, es un ex policía corrupto que ahora lidera una banda de secuestradores, que en una de las muchas escenas hilarantemente exageradas, vomita sangre de manera proyectil durante lo que parece ser cinco minutos (y pasa el resto de la película empapado en ella).
“Sí, son un poco diferentes”, dice Stevens con una sonrisa, hablando desde su casa en Los Ángeles. “Pero esa es parte de la diversión. Ha sido una ambición mía por un tiempo poder hacer algo donde puedas ver una película en un cine y literalmente caminar a la siguiente cuadra para ver otra película en otro cine y ni siquiera reconocer a la misma persona. Me encanta eso.”
En justicia, Stevens ha estado haciendo eso durante la última década.
Desde su primer gran éxito post-“Downton” como un encantador asesino a sangre fría en el thriller de culto de 2014 “The Guest”, ha estado saltando alegremente entre géneros con un ímpetu impresionante —y intencional—. Ha participado en éxitos familiares (“La bella y la bestia” como la Bestia y “Night at the Museum: Secret of the Tomb” como Sir Lancelot), ciencia ficción (“Colossal” como el ex frustrado de Anne Hathaway), biopics festivos (“The Man Who Invented Christmas” como Charles Dickens), horrores folclóricos violentos (Gareth Evans’ “Apostle” como un misionero enfrentándose a un culto) y lo que él describe como “una bola de fuego de tontería” (el “Eurovision Song Contest: The Story of Fire Saga” de Will Ferrell, como un príncipe del pop ruso encerrado en el armario con un gusto por estatuas fálicamente impresionantes de sí mismo).