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‘¡Salta!’ y su enfoque de “realismo fantástico”: una comedia familiar que aborda el vínculo fraterno y los saltos temporales

¿Y si en el pasado hubiéramos tomado diferentes decisiones? La irresistible idea de lamentarnos por lo que no sucedió, impidiendo así disfrutar del presente, es uno de los conceptos centrales de ¡Salta!, una película que también se impulsa con los emocionantes viajes en el tiempo y los altibajos de los lazos fraternales.

La cinta marca el debut de la directora Olga Osorio y se enmarca como una “comedia familiar” con toques de “realismo fantástico”. Aunque aborda temas aparentemente comunes, su originalidad radica en su enfoque único que se aparta de los clichés del género.

La tesis fundamental de la película es que lo que ha ocurrido ya es parte del pasado, y por más que la tentación de cambiarlo sea humana, no es posible. La directora enfatiza que vivimos en una sociedad que tiende a minimizar lo negativo, pero la realidad seguirá su curso, sin importar cuánto intentemos evitarlo. La clave está en aprender a lidiar con lo que enfrentamos de la mejor manera posible.

¡Salta! sigue la historia de Óscar y Teo, dos hermanos de trece y diez años respectivamente, en La Coruña a finales de los años 80. A pesar de tener personalidades completamente opuestas, uno travieso e inconsciente y el otro estudioso y responsable, se embarcan en una aventura a través de saltos en el tiempo para encontrar a su madre desaparecida, una científica experta en agujeros de gusano.

La película utiliza elementos de ciencia ficción para explorar con ternura e inocencia las emociones, así como el valor de las segundas oportunidades en la complicada relación fraternal.

En un mundo cada vez más individualista y cínico, la directora considera que temas como la ayuda mutua, la cooperación y el amor son esenciales, a pesar de que a veces parezca incómodo hablar de ellos. Osorio explica que son estos aspectos los que nos conectan con la vida y nos mantienen a flote, y estos son precisamente los temas centrales de la película.

La historia está protagonizada por Tamar Novas, interpretando a un Óscar adulto marcado por el trauma, Marta Nieto y el joven Mario Santos en el papel del ingenioso Teo, quien viajará en el tiempo a lo largo de décadas. La trama está salpicada de referencias a clásicos como ET y presenta una estética que recuerda a películas como The Florida Project, Pequeña Miss Sunshine o Sing Street.

La película evoca una sensación de nostalgia ochentera, aprovechando la fascinación por los viajes espaciales, ovnis y películas de viajes en el tiempo que caracterizó a la generación de la directora. A través de esta obra, Olga Osorio busca crear una experiencia compartida entre padres e hijos, donde la nostalgia y la alegría se entrelacen.

Después del éxito del musical con canciones de Hombres G, “Voy a pasármelo bien”, que comparte similitudes en la recreación del tiempo y la niñez, surge la pregunta de si hay una ola de nostalgia ochentera en el cine actual. La directora lo considera un ejercicio de sinceridad, donde cada cineasta aporta su perspectiva única y se refleja una nueva generación de directores con voces auténticas, aunque también señala que la industria cinematográfica sigue siendo desafiante.